Cansado de tanto luchar, el Quijote se retiro,
Ya no quedaba Dulcinea a la cual amar,
Había huido con su siempre fiel Sancho
Ellos empezaron a escribir su propia historia.
Ahora pudo apreciar a los gigantes,
Volverse molinos.
En ese momento el triste caballero de la mancha
Se sintió ridículo.
Descubrió que no había nada contra que luchar
Derrotado por la realidad inevitable,
Como un perro apaleado, se retiro a su hogar y sumido
En su profunda soledad,
Quemo todas sus fantasías
En una enorme pira,
Alimentada por su propia biblioteca
Conformada por extensos volúmenes
Dedicados a las artes de la caballería.
El caballero más triste aun que su triste figura,
Ahora humillado por las vivas llamas
Que le han quemado parte de su mostacho,
Ha decidido embriagarse
Y buscar alguna dama cortesana
A la cual por un módico precio
Le dé un poco de placer oral
Y así levantarse un poco el ánimo.
Hasta el siguiente día
Día en el cual tendría que dedicarse,
A buscar un nuevo oficio
En el cual salga menos jodido.
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